Lo que he descubierto de mi trabajo en EADA hasta ahora, es el miedo. Un miedo, que es pánico hacia mí, porque al no haberme sabido mirar, me ignoré, me desconecté de mí y al empezar a conectar de nuevo «muero» de miedo.

No me permito saber cuales son mis emociones, mis necesidades, mis impulsos, mis anhelos, porque si me permito mirar esa parte de sombra, el error que hay en mí saldrá a la luz destruyendo todo lo que haya en mi entorno y que es de valor para mí.

Trabajar en este proyecto me ha ayudado a ver claramente que la experiencia humana es un continuo. Aprendí que las tareas y deberes que hago me ayudan a ver todo como una experiencia espiritual. Esto me ayuda a permanecer en el momento presente y a confrontarme constantemente. Juanan me ayudó a rendirme a mis emociones, a dejar de resistir y, por tanto, a dejar de sostener mis bloqueos y mi armadura que me mantenía atrapada en mis mecanismos y distorsiones. Solo experimentarlos me da la oportunidad de profundizar más. Entonces puedo ver los orígenes y los conceptos erróneos en mí misma para tener otra perspectiva.

Mi experiencia con EADA Comunidad ha sido como una montaña rusa. Descubrí cosas sobre mí que pensé que ya había superado. Aquí he tenido que enfrentar la vergüenza y el ridículo. Me di cuenta de que cuando hago las cosas, al principio las experimento como muy emocionantes, pero luego me aburro rápidamente.

Estoy muy agradecida de haber conocido a otras personas aquí con las que sentí una fuerte conexión. Poder abrazar a todos aquí me ha abierto el corazón. Soy más disciplinada pero todavía tengo mucho que procesar. Después de todo, la experiencia ha sido muy impactante, positiva y nutritiva hasta ahora.

Después de pasar casi un mes en el proyecto El Abrazo del Ángel Comunidad me di cuenta rápidamente que a diferencia de otros servicios psicológicos o psiquiátricos, esta experiencia se trata de reconocer y entregarte a tus emociones en lugar de evitarlas para tener una experiencia «cómoda» que solo sería hacer que sigas dando vueltas en círculos.

Cuando llegué aquí supe que algo tenía que cambiar, pero no sabía exactamente qué era. A través del desarrollo de la conciencia, que se aprende aquí, se hizo más claro que estaba fijada en la infancia como adulta y que nunca revisé mi comportamiento. Me estoy volviendo más abierta a pesar de todas mis faltas, debido al entorno seguro. Aquí puedes trabajar en tus miedos y condiciones para experimentar cómo es cuando los dejas ir. Por lo tanto, es un proceso altamente transformador para tu esencia y tu Ser que te permite ver lo que estás destinado a ser. También me di cuenta de que este proceso continuará por el resto de mi vida porque cada persona y situación en la que te encuentras es un espejo y una lección. Pero también aprendí a ver lo absurdo de todo. Con el tiempo me vuelvo más libre y consciente, y vivo con menos miedos. En general, siento que estoy más viva en lugar de ser un robot. Juanan te confronta contigo misma y de alguna manera se mete en ti para sacarlo. Proporciona lo que cada uno necesita.

Yo lo que he descibierto a través de EADA es que toda mi vida ha sido una farsa y que no soy quien creía que era: una mujer fuerte, poderosa, capaz, interesante… He visto que esta imagen en realidad era sólo una máscara con la que yo me presentaba ante los demás para evitar que vieran mi fragilidad, mi vulnerabilidad. Temía que pudieran rechazarme y sufrir por ello.

Lo que he descubierto en EADA es que la verdadera fortaleza surge de la vulnerabiludad, y que en la medida en que me voy permitiendo ser lo que soy, frágil, alegre, triste, rabiosa, comprensiva, desconfiada, etc. me voy sintiendo más libre, más yo y más viva que nunca.

Al inicio de este proceso no entendía las consignas, lo que me preguntaban sobre mí, hacia donde debía dirigirme para procesar mis respuestas, para contar lo que me pasaba a mí. El “a mí” estaba fuera de mí, por ello no entendía este trabajo.

Pasé por diferentes enfados y reacciones ya que no podía “ver” más de lo que siempre había visto, no podía concebir nada fuera del espectro que había manejado hasta el momento.

Mis códigos, ritos, usos, tradiciones, costumbres, creencias y herencias, todo esto expuesto a un análisis extraño para mí.

Después de un tiempo de trabajo pude comenzar a poner “atención” a todas mis “repeticiones” y empezar a darme cuenta de que hay una raíz profunda en mí que hace mover mis mecanismos habituales. Poco a poco, a través del trabajo grupal e individual, voy tocando esas raíces, quitando capas al origen de todas mis cosas.

A partir de aquí emprendí una búsqueda por mis caminos internos, y pasé de buscar entre el material “evidentemente” claro, a buscar en mi propia oscuridad (ese lugar que no acostumbraba a visitar), permitiendo llevar un foco de luz a cada centímetro de mí, a cada uno de mis espacios. Esto es: aclarar mis asuntos arrinconados y acumulados por años en una zona oscura, contrastarlos, comprobarlos… Procesar desde mi oscuridad y no en la confusión de lo que creo que es claridad.

Es un trabajo extenso, un proceso continuo, es mantener los ojos bien abiertos para ver, para no dejar de ver…conocerme internamente sin reparos, sin tapar, sin esconderme. Es enfrentarme a lo que hay en mí, a lo que soy, sin pre-juicios sociales y condicionamientos familiares, escolares, laborales, religiosos…

Estoy apuntalada, clarificada y muy bien acompañada por Juanan, la llave para abrir las puertas que yo quiera.